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Soy Johan Brett. He ayudado a muchas personas a obtener la ciudadanía Italiana y a emprender con ella. Aquí te enseño el proceso.

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Derecho a la Felicidad: Emigrar y una Vida Mejor

Derecho a la felicidad

Una de las democracias más antiguas y exitosas del mundo, los Estados Unidos de Norteamérica, estableció en su Acta de Independencia una de los derechos más hermosos y nobles que se le pueda dar al ser humano: el Derecho a la búsqueda de la Felicidad. A partir de este hecho histórico las legislaciones más avanzadas y la Declaración Universal de los Derechos Humanos contemplan la búsqueda de la felicidad como una condición humana inalienable, es decir, como un derecho que ningún gobierno o fuerza puede prohibir, más allá de los límites legales y morales que eso implique.

Sin complicarnos mucho en interpretaciones legales o constitucionales, el mensaje es muy claro: todos los seres humanos tenemos el derecho y el deber de buscar la Felicidad. Y eso implica el poder movernos de un sitio a otro, de una pareja, de un trabajo, oficio o profesión.

Emigrar es una forma muy común de la “búsqueda de la felicidad”.

Porque los motivos que impulsan a los migrantes casi siempre están asociados a huir del dolor o los problemas y buscar una tierra más favorable para vivir. Por eso siempre digo que los migrantes son buscadores de felicidad. Si tú no estás cómodo, seguro o feliz en el país que estás viviendo, tienes todo el derecho de cambiar, de buscar nuevos horizontes y más allá del derecho a cambiar de vida, si eres padre, como yo, tienes el deber de darle a tus hijos un país, una tierra, un espacio en el cual verdaderamente puedan crecer en seguridad, salud, educación y oportunidades. Para mí ese espacio se llama “Europa”.

Como venezolano italiano tuve que migrar de la dura situación que mi país enfrentó. Una mezcla tóxica de inseguridad ciudadana, dictadura política, crisis económica y colapso del Estado como garante de servicios mínimos. Y migré pensando en mis hijos y mi familia. Porque nuestro tiempo de vida en la tierra es mucho más breve que el de los países. Es decir, una nación con 200 años de antigüedad, puede darse “el lujo” de sufrir procesos políticos por diez, veinte o treinta años, como le pasó a Europa después de la Segunda Guerra Mundial o a los países comunistas de la Antigua Unión Soviética.

Pero nosotros, como hombres y mujeres que somos profesionales y padres de familia, no tenemos veinte o treinta años para esperar que las cosas cambien. Por eso es más fácil cambiar de destino, de paisaje y nación. Salimos buscando la felicidad nuestra y de nuestros hijos. ¿Has pensado lo mismo?

Tomar acción

Si estás agobiado por las crisis económicas y políticas que cada tanto tiempo se repiten en Latinoamérica, si te preocupa la inseguridad, la calidad de vida, la educación de tus hijos o simplemente quieres mayor crecimiento profesional o económico, te invito a pensar en migrar a la Unión Europea. Y si eres descendiente de italiano o español, lo tienes mucho más fácil. Sólo debes obtener la ciudadanía y un permiso de residencia legal en Italia, España, Portugal o cualquiera de los países europeos.

Con eso podrás establecerte en el país de tu preferencia. Para nosotros, los latinoamericanos, siempre se nos hará más fácil el español por ser lengua materna, pero la realidad es que trabajar y vivir en Europa es una bendición con la cual accedes a un gran mercado de trabajo, buenos servicios sociales en educación y salud y sobre todo un espacio de seguridad ciudadana y jurídica en el cual podrás trabajar, crear y vivir ejerciendo ese hermoso derecho a la felicidad.

Tú no eres un árbol. Si no te gusta dónde y cómo estás viviendo, piensa en migrar.

Y si necesitas apoyo o información adicional, te invito a seguirme en mis redes sociales o hacerme una consulta. Buscaré ayudarte. Porque la felicidad crece cuando se comparte.

 

Ciudadanía Italiana

Quiero Emigrar a Europa