Vivimos una era de desafíos globales: tecnológicos, económicos y humanos. La sociedad ha cambiado más rápido en estos últimos veinte años que en los cincuenta años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Ha sido vertiginoso. Y si comparamos las décadas de los ochenta y noventa con estas dos primeras décadas del siglo 21, podremos comprender que gracias a internet, la robótica, la inteligencia artificial, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, estamos presenciando un salto cuántico en la evolución humana. Emigrar es emprender.
Antes una migración era un evento más dramático, que implicaba prácticamente la incomunicación con el ser querido. Imagínate cómo eran las comunicaciones entre nuestros abuelos, cuando alguno decidía irse por barco de Europa a América. Sin teléfonos, sin email, contando sólo con correos tradicionales y cuando mucho una fotografía impresa en papel.
Migración en la actualidad
Ahora compáralo con nuestra realidad, tenemos una conexión 100% al día, llamadas telefónicas internacionales sin costo por whatsapp, videoconferencias, posibilidad de enviar y recibir dinero a cualquier parte del mundo y mil facilidades más que no existían hace cuarenta años.
Hasta el mundo de los negocios y los emprendedores es mucho más fácil que antes. A decir verdad hay que reconocer que no hay ninguna ciudadanía estrella que pueda con un buen emprendimiento sobre todo si es digital. Hoy emprender es más accesible. Hay información disponible, oportunidades de financiamiento y consumidores a lo largo del mundo comprando o conociendo por internet.
Sólo necesitas conexión, una portátil y una buena idea. A decir verdad hay que reconocer que no hay ninguna ciudadanía estrella que pueda con un buen emprendimiento sobre todo si es digital. Un emprendedor es un visionario. Que observa a sus semejantes, encuentra un problema o insatisfacción y desarrolla una solución oportuna para la misma.
Esto, que parece tan fácil, requiere investigación, pensamiento, pragmatismo para simplificar los procesos de producción y entrega de las soluciones y por supuesto una buena capacidad para comunicar, entre tanto ruido publicitario, un mensaje convincente que atraiga a los compradores.
Lo mismo le pasa a los emigrantes. De hecho, emigrar es emprender un proyecto con sus propios retos y viabilidades. Sólo que en este caso es la persona que migra quien asume el reto de buscar una solución a su propio problema, migrando a un destino que le sea más favorable.
¿Emigrar es emprender?
En ambos casos, emprender un proyecto de naturaleza comercial y emigrar como “un proyecto de vida”, se requiere valor, actitudes interiores particulares, pensamiento analítico, motivación, voluntad, perseverancia. También información confiable del proceso legal y de las condiciones económicas, sociales y culturales del país receptor y una gran capacidad de herramientas para aprender nuevas habilidades y destrezas.
Emigrar es emprender un nuevo proyecto de vida, es más que una aventura, porque es comprometerse consigo mismo para materializar un proyecto en un terreno desconocido. El éxito de cualquier emprendimiento o migración, dependerá del perfil del proyecto y la capacidad del autor para implementarlo. Al final todo dependerá de tu perfil y tu habilidad para transformarte y adaptarte al nuevo entorno.
Tanto para emprender comercialmente como para emigrar profesionalmente se debe cuidar la calidad de información que se posea (ver articulo Emigrar Y No Morir En El Intento), de la disciplina mental y espiritual que tenga el migrante, su capacidad de generar y conservar dinero y sobre todo de su actitud frente a los problemas para abrirse camino ante los retos o dificultades. Es cosa de emprendedores o migrantes el aprender a controlar sus emociones, a tener un pensamiento positivo, una actitud humilde, diligente y colaboradora. Hay que trabajar, aprender, disfrutar el proceso y comprender que toda siembra requiere esfuerzo y paciencia antes de la cosecha.
Tiempo y resultado
Todo negocio debe dar frutos en un tiempo estipulado, por ejemplo, hay negocios que se proyectan con resultados positivos a los 3 o 5 años, tiempo requerido para recuperar la inversión y ganancias. En el proyecto migratorio pasa exactamente lo mismo, se comienza con una inversión en tiempo, dinero y esfuerzo para incorporarte a un nuevo mercado laboral y una nueva sociedad. Ese esfuerzo, en determinado momento, estará dando buenos resultados y produciendo frutos.
Ejecutar un proyecto de negocio y hacer un emprendimiento migratorio tienen las muchas cosas en común. Y en ambos casos la información precisa es fundamental. Estar bien asesorado, apoyarse en profesionales y trabajar con inteligencia es la clave para triunfar en la vida, en los negocios y en la migración.